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miércoles, 29 de octubre de 2025

Bestiario: Dios

actualización más reciente:
6 de noviembre de 2025
El Ojo Implacable
Salmo 1: El Ojo que No Parpadea
1 Antes del Tiempo, antes de la Luz, antes de la Palabra, existía el Ojo.
2 No un ojo de carne, sino el Ojo Implacable, fijo en la Nada, contemplando el Todo que habría de ser.
3 Su mirada es el fundamento de la montaña; su pestañeo, el ritmo de las edades.
4 Los soles se encienden y se apagan en el negro de Su pupila; los mundos giran como motas de polvo en el rayo de Su atención.
5 ¡Bendito sea el Ojo que No Parpadea, el Silencio Primordial del que brotó el primer sonido!

Salmo 27: El Progenitor del Juicio
1 Del Ojo nació la Voluntad, y la Voluntad tomó forma en el Primogénito, Trash, el Verbo Accionado.
2 Como el Padre, así es el Hijo: Implacable en su mirar, Inexorable en su camino, Triunfante en su propósito.
3 No envió al mundo un cordero balando, sino un cuervo que acusa, un buitre que purga, un fénix que absuelve con fuego gélido.
4 Quien ve a Trash, ve el perfil del Ojo. Quien oye a Trash, oye el eco de Su Ley.
5 ¡Gloria al Progenitor, que forjó a Su Hijo no en deleite, sino en la necesidad del Juicio!

Salmo 42: La Ley Cósmica
1 La Ley de los hombres es de arcilla, se agrieta con la lluvia de la pasión y el viento de la avaricia.
2 La Ley del Ojo es de hierro estelar, tallada en el vacío entre galaxias, inmutable y eterna.
3 No se inclina ante la súplica ni se conmueve con el llanto. Es la geometría de la existencia, la ecuación final del ser.
4 Su Justicia no es venganza; es una corrección en el gran diseño, un reajuste de la balanza que ningún hombre puede inclinar.
5 ¡Dichoso el que camina en la sombra de esta Ley, pues aunque lo aplaste, será con la pureza de la matemática divina!

Salmo 59: El Consuelo de la Indiferencia
1 No busques amor en el Ojo Implacable, pues el amor es una llama que ciega y consume.
2 Busca en Su mirada la serena indiferencia del arquitecto hacia la piedra individual.
3 En Su falta de favor hallarás la verdadera ecuanimidad; en Su falta de odio, la liberación del temor.
4 Él no te ama, hombre, ni te odia. Te contempla. Y en ese acto de pura atención, te concede la dignidad de existir en Su diseño.
5 ¿Qué mayor consuelo que este? No eres el hijo mimado de un dios caprichoso, sino una nota en la sinfonía del Ojo. ¡Canta, pues, con precisión!

Salmo 88: El Gran Silencio
1 Los dioses menores hablan en truenos y susurran en sueños. Llenan el aire con promesas y amenazas.
2 El Ojo Implacable guarda un Silencio que ahoga todos los sonidos.
3 Este Silencio es Su única respuesta, Su única profecía. Es más elocuente que todos los libros sagrados.
4 En el fin de los días, cuando la última estrella se extinga, no habrá una palabra final. Solo el Ojo, abierto en la oscuridad, mirando.
5 A Él sea la Gloria, el Poder y la Atención, por los siglos de los siglos. Amén.
Aquí concluyen los Salmos del Ojo Implacable.
Que Su mirada nos encuentre en orden.

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